miércoles, noviembre 27, 2013

Una lección cara

Leí entre los comentarios de una nota de Clarín, un cuento que reflejaría la posición de los opositores a este gobierno. Se trata de "Una lección de $100". Googleando descubrí que se copió y pegó en varios foros y sitios de Facebook. Curioso es que muchos de quienes lo postean se atribuyen haber sido protagonistas de la supuesta anécdota. El cuento reza lo siguiente:
Recientemente le pregunté a la hija de un amigo qué le gustaría ser cuando fuera mayor.
Ella respondió que quería ser presidente algún día.
Sus padres, ambos kirchneristas, estaban presentes y yo continué preguntando: "¿Si algún día llegaras a ser presidente, qué sería lo primero que harías?”
Ella respondió sin vacilar: “Daría alimentos y viviendas a todos los pobres."
Sus padres, orgullosos, pelaron los dientes en una radiante sonrisa: "¡Bravo, que propósito más loable!"
Le dije: “Pero para eso no tienes que esperar a ser presidente. Puedes venir a mi casa y cortar el césped, sacar las malas hierbas y abonar el jardín. Te pagaré $100 por el trabajo, luego te llevaré al supermercado de mi barrio donde siempre hay un mendigo y puedes darle el billete para que se compre comida y empiece a ahorrar para su casa.”
La chica pensó durante unos segundos, luego mirándome fijamente a los ojos me preguntó: “¿Y por qué no va el vagabundo a hacer el trabajo y le pagas directamente a él?"
“¡Bienvenida a la oposición!”, le contesté.
De esta ficción me permito desprender algunas ideas:
  • Los kirchneristas estarían menos dispuestos a hacer algo respecto de los pobres de lo que dicen.
  • Las ideas de la oposición se derivan de la razón (es luego de pensar que la chica resuelve que el vagabundo debería trabajar).
  • Los pobres son responsables de su propia pobreza.
Creo, en primer lugar, injusto "meter en la misma bolsa" a toda la oposición. En la ultima elección nacional el Frente por la Victoria saco el 32% de los votos siendo la primera fuerza política a nivel país pero con un 68% de electores que eligieron a otras opciones electorales. Entre esos 68% nos encontramos con radicales, trotskistas, nacionalistas, liberales, en fin, un grupo bastante heterogéneo. Difícilmente podemos afirmar que existe alguna doctrina o conjunto de ideas comunes al amplio abanico ideológico de "la oposición". No creo apropiado, entonces, decir que los opositores son de tal o cual manera, como injustamente escuche afirmar a algunos kirchneristas y como se autopropina esta fabula.
Con esa aclaración hecha paso enfocarme en el punto que mas ruido me hizo de este simpático cuentito, el criterio por el cual los opositores creen que el mendigo del barrio de quien cuestiona a la chica debería "ganarse el pan" sacando la hierva mala del jardín del capitalista de los $100.
Siguiendo la lógica de aquella situación de fantasía, yo que los padres de la niña contestaría lo siguiente al dueño del jardín descuidado: "¿vos ya le ofreciste al mendigo la oportunidad de cortarte el pasto para ganarse esos $100?". Porque si "la oposición" cree que el mendigo debería ganarse el pan, antes de esperar un acto de caridad de la niña, es porque cree que puede y su propia determinación o su pereza se lo impide. Existiría una plena igualdad en la distribución de oportunidades pero el mendigo "no agarra" la labor de jardinero de la misma manera que ninguno de los involucrados en la charla "agarró" el puesto de CEO del Banco Galicia. Quizás no reparan en que la niña es mas susceptible de recibir oportunidades de jardinería que el mendigo por razones que los anteceden y se encuentran por fuera del control de ambos.
Podríaseme objetar que el cuento no apunta a lo que debe hacer o dejar de hacer el mendigo sino al hecho que la niña no debería tener que arrastrar el peso de ambos. Es una idea referida a la carga impositiva y las demandas fiscales que exige llevar a cabo planes sociales. Es, en definitiva, una critica a la concepción de trasferencia de ingresos de este gobierno.
Ahora, no hay manera que me afirmen que la posición tomada sobre como debe invertir el Estado el dinero que recauda no tiene origen ideológico. Es por nuestras convicciones ideológicas que podemos creer que el Estado debe involucrarse en asegurar ciertos derechos ya que el mercado distribuye las riquezas de manera deliberada de los pobres a los ricos o, por el contrario, creer que el Estado solo entorpece los mercados provocando aberraciones que derivan en empobrecimiento de los mas vulnerables, apropiación de las riquezas para unos favorecidos y cercenamiento de la libertad de todos. Lo que no podemos hacer, como pretende el cuentito, es creer que nuestras ideas se derivan de la razón. Es bastante pedante hacer creer que quien no piensa como uno es porque se ahorró "pensar por algunos segundos". Lo peor es que no puedo sacudirme la idea de quienes creen que sus ideas derivan lógicamente ignoran que sus fundamentos tienen una base de convicciones ideológicas.
De hecho, es de una ideología muy marcada la idea respecto a que ser solidario con los menos afortunados pasa por hacer caridad. Según esta percepción Carlos Slim Helú, el hombre mas rico del mundo según Forbes, habría hecho muchísimo por los pobres, mas que cualquiera de todos nosotros juntos ya que donó a través de su fundación 3,5 miles de millones de dolares para "proyectos de educación, salud, justicia y desarrollo personal y comunitario". No seria solidario, en cambio, problematizar las razones por las cuales Slim es tan rico o imaginar si tiene alguna relación con el hecho que existan tantos pobres. La transferencia de ingresos por vía impositiva estaría pésimo porque cercena las posibilidades de los solidarios de sacar ganancias tan grandes que permitan dispensar una fracción de las mismas a favor de los pobres.
Esta idea de "hacer por los pobres" nuevamente se enfoca en lo que hace o deja de hacer la niña y no estaría involucrado el mendigo. Nunca nada es sobre el mendigo. El pobre siempre es aquel que recibe esta ayuda, lo que mitiga su miseria pero quien debería por ello aprender de los valores que le son trasmitidos en aquel acto de amor y redoblar los esfuerzos para poder lograr superar la pobreza. El pobre vuelve a ser responsable de su pobreza, el rico de su riqueza y la caridad es un canal de legitimación de la asimetría.
Las medidas redistributivas de este gobierno involucran a los pobres pero no inculcan el valor del esfuerzo en la superación de su miseria autopropinada como si lo haría el recibir limosna de empresas por decisión de sus respectivos gerentes de RSE.
Si nos paramos desde este "hacer por los pobres" que no cuestiona el sistema injusto que acumula riquezas de un lado y reproduce miseria del otro, que asume que los pobres son pobres por falta de determinación, es fácil ver una doble moral en los seguidores de este gobierno cuando enaltecen las medidas tomadas en lo que respecta a la reducción de la brecha del ingreso. Difícilmente se pueda superar este sesgo sin hacer el esfuerzo de intentar entender la posición ideológica de quien tenemos en frente y muchísimo mas difícil será si no podemos asumir la propia nuestra.
Yo que el caballero de la fabula me dedicaría a hacer los deberes antes de intentar aleccionar niñas haciéndoles pisar el palito bajo la autoridad de un único billete de $100.

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